Mi amigo Fernando me llamó para contarme su proyecto y pedirme ayuda en la deco floral de su nuevo restaurante. Allá que fui y me encontré con un restaurante lleno de luz y de lo más funcional. Pequeño pero súper apetecible.
Fue verlo y proponerle ideas. Las sillas, blancas. Las mesas, negras. Necesitábamos color, pero sin pasarnos. Le propuse por ello poner en una esquina de la barra un centro con amarilis anaranjados y hojas de palma, y en las mesas pequeños detalles con durians, una flor exótica muy poco vista.
¡Increíble cómo gana un espacio cuando le pones flores!